domingo, 10 de febrero de 2013

Despertá

Cuando se es joven hay una totipotencialidad en la mente. Creo que la secundaria pone un freno a algunos intereses y a otros los desarrolla. Es cuando uno se va afirmando en aquellas decisiones que harán que uno sea quien quiere ser. A mí se me daban bárbaro las matemáticas. Si bien no gané las primeras olimpíadas de matemáticas que se hicieron, participé como representante del colegio. Amaba la Química, me divertía con Historia y con Literatura. Esta última reconozco que nunca la estudiaba. Era un don. Cuando me encontré con los compañeros de la secundaria me dijeron algo que me sorprendió : antes de entrar a clases les hacía los trabajos prácticos a varios compañeros y todos diferentes. Es que yo disfrutaba Rinconete y Cortadillo, disfrutaba el Quijote, disfrutaba La vida es sueño. Recuerdo que el trabajo sobre La Vida es sueño fué el que más me gustó, tal vez por esa premonición de Calderón de la Barca sobre lo maleable de la realidad. Y lo escribí y la profesora me puso un ocho compasivo, diciendo que esperaba más de mí. Tal vez no se ajustaba al análisis académico, pero a la distancia valoro a esa adolescente torturada que había encontrado una voz que de siglos atrás le hablaba a su alma: ¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ficción, una sombra, una ilusión, y el mayor bien es pequeño. ¡Que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son! O cuando Segismundo le dice a Estrella: Pues muerte aquí te daré, porque no sepas que sé que sabes desdichas mías. Maravilloso el juego sobre el conocimiento del otro. Bueno. Me disgregué. El tema es la totipotencialidad, y la elección que uno debe tomar.Es más fácil cuando se tienen pocos intereses. Pero yo fantaseaba con ser Química, Bióloga, Antropóloga. Hasta que tuve que hacer áquel trabajo sobre homosexualidad y descubrí a Freud en la Biblioteca de Morón. Tres ensayos para una teoría sexual. Me fascinó. Y decidí ser psicoanalista, pero no psicológa, porque el mismo Freud confiesa que confundió un sarcoma con síntomas de histeria en Psicopatología de la Vida cotidiana. Entonces pensé que la medicina debía ser el camino por el que llegara al Psicoanálisis. Era como un proceso de precipitación de todos mis intereses, incluiría hasta la literatura porque los escritos de Freud en la traducción de Ballesteros están excelentemente escritos. Así que con una tozudez o retranca bien gallega, me dediqué a estudiar Anatomía Humana, la peor experiencia de mi vida junto con la Histología. Pero pasé con un honroso siete las dos.Después vino la belleza de la medicina: Física, Química, Clínica médica, las Especialidades. Y aquí estoy, a más de treinta años de recibida. Orgullosa de aquella adolescente que cruzó la calle y se inscribió en Medicina. Porque es en Ella dónde me reconozco y es gracias a la Medicina y su práctica que pude seguir viviendo después que la mano terrible de un Destino Ciego, por no decir un Demiurgo, llevara a Merceditas a su autoaniquilación. Y es tan poco elegante pensar en el suicidio cuando hay un hijo cardíaco vivo!

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