domingo, 20 de enero de 2013

Un sistema de creencias

Tengo ganas de robarle el titulo al señor Groncho, que en 14/12 sintetiza mi sentir, y el de varios, porque Caparrós en nota con imagen de dioses envidiable- aunque Shiva está en posición subordinada-se le aparece el tema de la creencia como atenuante frente a tanta obsecuencia de los artistas nacionales y populares con el gobierno kirchnerista ídem. Piensa, Caparrós, que José Pablo Feinmann cree en los disparates que enuncia para sostener el discurso Único; cree en las insultantes manifestaciones de su propia envidia frente a la presidente, ya que ninguna mujer que haya llegado a la madurez, y me parece que ni Feinmann ni la presidente lo han hecho, puede sentar su rechazo al disparate de un ministerio de La verdad, a un estado tan orwelliano de la realidad. Así que otra vez, disiento (aunque ya me estoy cansando con esto de disentir porque al hacerlo, estoy jugando su jueguito psicopático, pero desde el lado de la rebeldía) y escribo sin saber escribir, como la doña que se copó con el twitter y el feisbuk. Creo en todos los dioses, que son Uno. Creo en el Evangelio apócrifo de Santo Tomás, cuando dice el Dios encarnado:- levanta una piedra y allí estaré. No creo en la política, la política es un hecho de la realidad compartida. No tengo que creer en ella como no tengo que creer en la ley de gravedad, ya que están ahí. Por eso me gusta el título del Groncho, porque para creer en mi panteísmo, tengo que esforzarme, tengo que suspender mi razón. Y Necesito creer para seguir viviendo.

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